La tecnología contra el Covid-19

Los últimos acontecimientos han puesto en jaque al sistema sanitario y económico mundial, sacudiendo los cimientos de nuestra realidad cotidiana y alterando nuestras prioridades de forma absoluta. Muchos conceptos que hasta ahora solo manejábamos de forma teórica o en ámbitos limitados, se han hecho realidad, y todos a la vez: resiliencia, cisne negro, planes de contingencia, teletrabajo, ciberseguridad.

 

Los negocios se han visto obligados de la noche a la mañana a tomar decisiones críticas y radicales, que pueden afectar severamente a su supervivencia futura. Se hace imprescindible adaptarse al nuevo escenario en un tiempo record, tomar decisiones críticas en horas, en condiciones cambiantes día a día que no dan tregua. Sin duda, la peor pesadilla de cualquier empresario y trabajador, se ha hecho realidad.

 

En esta lucha sin cuartel, ha surgido con más fuerza si cabe la tecnología de la información TI como aliada imprescindible. Si bien ya nadie cuestiona que la tecnología supone una ventaja competitiva para los negocios, no muchos la veían como un elemento tan imprescindible ante escenarios inciertos como el actual. Todas las empresas han ido avanzando en la automatización de procesos, acceso remoto a la información, telesoporte, videoconferencias, reuniones virtuales o puesto de trabajo móvil. Pero pocas podían prever que resultaran tan vitales para la continuidad de un negocio.

 

Está claro que cada negocio tiene distintas circunstancias para garantizar la continuidad de su actividad en este nuevo escenario, y por ello las posibles soluciones no son únicas para todos. Mantener funcionando una empresa de servicios o de telemarketing, no se asemeja a los requerimientos necesarios para conseguirlo en un supermercado, en una empresa industrial metalúrgica, de automoción, una acería, una farmacéutica o una constructora.

 

Por suerte, podemos aprovechar las experiencias y sinergias acumuladas durante los últimos años en diversas áreas TI, para desplegar soluciones a la medida de cada negocio en la situación actual. La flexibilidad y la adecuación a cada escenario es clave en este momento.

 

Estos días se están desplegando en tiempo record soluciones de teletrabajo, escritorios virtuales y acceso remoto masivo, gracias a la universalidad del acceso a Internet en cada hogar. Las plataformas cloud y los operadores de telecomunicaciones echan humo y muestran todo su potencial en estos momentos tan necesarios. Se nos exige a todos estar a la altura, también a los empresarios y trabajadores, y sin duda lo estaremos.

 

Aquellas empresas que ya habían dado pasos importantes en el teletrabajo y la descentralización de sus oficinas, favoreciendo el puesto de trabajo móvil en aquellas áreas que pueden adoptarlo con mayor facilidad, sin duda han visto recompensada con creces el acierto de su decisión. Quienes invirtieron más en planes de contingencia, plataformas de hosting y servicios de administración TI externalizados, han visto reforzadas sus estrategias. Quienes apostaron por la conciliación laboral y familiar de verdad, con flexibilidad de horarios, trabajando por objetivos, y no solo cumpliendo horarios estrictos, han recibido un inesperado espaldarazo.

 

Ahora más que nunca, debemos redoblar todos los esfuerzos de concienciación en ciberseguridad. En el teletrabajo y puesto móvil, el usuario es nuestro mayor aliado para luchar contra el cibercrimen en todas sus variantes, dotándole de las herramientas necesarias pero sobre todo del conocimiento para saber defenderse de las amenazas fuera de las fronteras de la compañía. Estamos fuera del castillo de la red empresarial, sin cortafuegos seguramente, pero no estamos solos, y tenemos armas suficientes para protegernos. Debemos enseñarles a usarlas, ahora más que nunca.

 

No quiero terminar sin transmitir un mensaje positivo, a pesar de que muchas empresas y trabajadores han tenido que aprender a golpes esta lección. Hoy más que nunca debemos prepararnos para el futuro. No habrá vuelta atrás. Lo aprendido debe servirnos para democratizar tecnologías hasta ahora al alcance de unos pocos, y para cambiar paradigmas empresariales obsoletos. Confiar en nuevas formas de trabajo que mejoren nuestras vidas, nuestra salud e incluso la vida en el planeta. Entender la movilidad laboral desde otra perspectiva, no solo como movilidad geográfica de las personas. Sin duda quienes más apuesten por ello y por la tecnología, serán las empresas del mañana.